Este es un enunciado que hace décadas se veía con frecuencia en los parachoques traseros de los autos: "¡Cuidado! Freno por animales".
Dicha frase tenía un intencional doble sentido, ya que podía ser interpretada (en su forma sarcástica) como una tosca analogía contra aquellas personas que se atravesaran imprudentemente en el camino del conductor del rotulado automóvil.
Dicha frase tenía un intencional doble sentido, ya que podía ser interpretada (en su forma sarcástica) como una tosca analogía contra aquellas personas que se atravesaran imprudentemente en el camino del conductor del rotulado automóvil.
O bien, también podía tomarse (en su sentido literal y positivo) como una advertencia hacia quienes veníamos detrás de dicho auto, para que contempláramos la posibilidad de que el conductor que nos antecedía frenara súbitamente, ante un infortunado y auténtico miembro del reino animal que estuviera en peligro de ser arrollado.